🐶Cataratas en el perro

Un tipo de ceguera que puede ser reversible

Las cataratas en los perros son una patología muy frecuente, y no siempre tienen porqué aparecer en perros de avanzada edad como muchos piensan.

Pero un perro con cataratas puede tener una buena calidad de vida, e incluso se pueden eliminar por completo.

Para saber más sobre ésta enfermedad ocular te invitamos a leer el siguiente artículo.

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¿EN QUÉ CONSISTEN?

La catarata consiste en la opacidad del cristalino. Esto conlleva la incapacidad de que entre la luz necesaria para que el animal enfoque y vea de forma correcta.

La catarata se produce cuando las fibras del cristalino se rompen y desalinean.

SÍNTOMAS

Lo más llamativo es que la pupila deja de ser brillante y negra. Observamos en su lugar una pupila blanquecina azulada y cada vez más opaca.

También podremos apreciar una mayor intolerancia a la luz, por lo que el animal irá buscando zonas de mayor oscuridad.

Otro de los síntomas evidentes, es que nos daremos cuenta de que el animal se choca con objetos que aparecen en su camino. Sus movimientos por tanto serán más inseguros y notaremos que el animal olfatea todo lo que le rodea para tratar de identificarlo.

En un ambiente oscuro le cuesta más enfocar.

Otros síntomas dependerán de la causa; así en el caso de diabetes podremos apreciar una mayor ingesta de agua, o en el caso de traumatismo rascado o conjuntivitis.

En los casos más graves puede aparecer uveítis o dolor ocular.

CAUSAS

• Hereditarias. En éste caso aparecen cuando el animal todavía es joven. Existen algunas razas más propensas como el Cocker Spaniel, el Labrador, el Bichón Maltés, el Pequinés, el Fox Terrier, el Bulldog Francés, el Caniche y el Schnauzer.

• Diabetes. Los perros con ésta patología suelen padecer de cataratas, y éstas pueden frenarse si conseguimos controlar a su vez la propia diabetes.

• Traumatismos. Como golpes o el arañazo de un gato pueden tener con el tiempo como consecuencia la catarata debido al daño producido en el cristalino.

• Degenerativas. Son aquellas asociadas a la edad y suelen aparecer entre los ocho y los diez años.

DIAGNÓSTICO

Las cataratas suelen tener un diagnóstico tardío, ya que a menudo los animales aprenden a convivir con ellas, no debemos olvidar que los perros tienen un oído y un olfato muy desarrollado, y ésto compensa las carencias de la vista. Por lo que los dueños no se percatan hasta que la catarata es muy evidente.

La mejor forma de detectarlas a tiempo es a través de revisiones rutinarias con veterinarios especializados en oftalmología.

Si la catarata se detecta con prontitud tendrá un mejor pronóstico, mientras que si se detecta muy tarde es probable que el animal ya no pueda recuperar la visión.

Una vez el veterinario examina el ojo, si existe la sospecha de que haya catarata éste podrá confirmarlo a través de una ecografía ocular para ver el fondo de ojo, una electroretinografía para medir la funcionalidad de la retina, y un test de luces cromáticas para comprobar que la luz llega de forma correcta a la retina y puede diferenciar los colores.

TRATAMIENTO

Una vez se ha diagnosticado la catarata, la única forma de eliminarla será mediante la cirugía, aunque no a todos los perros se les podrá practicar, bien por tener una edad muy avanzada o por otros problemas de salud. En cualquier caso ésto tendrá que valorarlo el especialista.

La cirugía tiene éxito entre el  90% de los pacientes.

La operación consistirá en la extracción del cristalino para sustituirlo por una lente, lo que dará un resultado en la visión del perro del 100%.

Para realizar ésta intervención existen centros especializados.

Para poder ejecutar la operación el veterinario deberá asegurarse de que el ojo está sano y no presenta ninguna otra enfermedad.

La cirugía tiene una duración de aproximadamente una hora, tras la cual el perro podrá marcharse a casa, eso sí siguiendo el propietario las recomendaciones en cuanto a la medicación y el reposo.

Debemos tener en cuenta que el precio de la operación va desde los 800€ a los 2000€.

En aquellos animales en los que esté desaconsejada la cirugía, podremos facilitarles su adaptación a la pérdida de visión si por ejemplo en casa eliminamos la mayor parte de obstáculos. Un perro que no vea bien no tiene porque ser un perro infeliz, pues como ya dijimos anteriormente ellos disponen de otros supersentidos como el oído y el olfato, lo que les facilita la comprensión de su entorno.