🐱 Gato afectado por la rabia

Una enfermedad poco habitual pero extremadamente peligrosa

Aunque la rabia se ha hecho más popular entre los cánidos, no sólo ellos la pueden padecer, la rabia es una enfermedad muy peligrosa y puede afectar a cualquier mamífero, incluido el ser humano.

En gatos que no salen o no viven en la calle es difícil de observar, pero no por ello imposible, ya que otros animales con los que hayan podido tener contacto como ratas o ratones pueden contagiarles.

¿QUÉ LA CAUSA Y EN QUÉ CONSISTE?

La rabia es una enfermedad de tipo vírico causada por un virus de la familia Rabdoviridae que afecta al sistema nervioso central. Puede contagiarse cualquier mamífero, aunque sus principales reservorios son los murciélagos en el nicho ecológico aéreo y perros, gatos, mapaches, zorros, lobos, hurones y mangostas en el terrestre.

Está ampliamente distribuida por todo el mundo exceptuando la Antártida, pero no en todos los lugares tiene la misma prevalencia, así en Europa occidental es casi nula en animales domésticos y escasa en animales salvajes debido a la vacunación. Lo mismo sucede en América del norte o Australia. En Latinoamérica se está consiguiendo controlar en los últimos años pero sigue siendo un problema en África, Europa oriental y Asia, donde todavía se encuentran anualmente bastantes casos en animales domésticos como el gato.

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¿CÓMO SE CONTAGIA?

El virus de la rabia se contagia de un animal a otro, incluido el ser humano a través de la saliva principalmente, pero también puede contagiarse a través de otros fluidos como la sangre o las secreciones de los ojos o la nariz.

El modo en que suele pasar de un individuo a otro es mediante la mordedura, pero también podría ser por arañazos o lamidos en contacto con heridas abiertas.

Los animales domésticos como los gatos suelen contagiarse cuando entran en contacto con animales silvestres que ya tienen el virus, o bien a través de otros gatos.

SÍNTOMAS

Los síntomas de ésta enfermedad en el gato pueden ser muy distintos de un animal a otro, además dependerá de la fase en la que se encuentre.

• Período de incubación. Durante ésta fase el gato es asintomático. La duración de éste período puede ser muy variable, aunque suele durar un mes. Durante todo éste tiempo el virus aprovechará para diseminarse por todo el organismo.

• Períopdo prodrómico. Puede durar entre dos y diez días. Y durante ésta fase si podremos observar síntomas como vómitos, excitabilidad, irritabilidad y agotamiento.

• Fase furiosa. Es la fase más característica de la enfermedad, aquella en la que el animal se vuelve agresivo y ataca.

• Fase paralítica. Es la fase que precede a la muerte. El animal sufre una parálisis generalizada, espasmos, coma y finalmente fallece.

Algunos de los signos que podemos observar durante éstas cuatro fases son:

• Irritabilidad
• Sialorrea (salivación excesiva)
• Desorientación
• Convulsiones
• Aversión al agua
• Falta de apetito
• Deambulación
• Descoordinación
• Sensibilidad a la luz
• Disminución de reflejos palpebrales (de los párpados), corneales y pupilares.

DIAGNÓSTICO

Si creemos que nuestro gato ha contraído la enfermedad, lo primero que debemos hacer es aislar al animal para que no pueda contagiar a otros animales o seres humanos, y después ponernos en contacto con el veterinario. Éste mediante una prueba serológica podrá determinar si el gato padece la enfermedad.

Aunque hay que decir que normalmente no se diagnostica la enfermedad hasta el fallecimiento del animal.

TRATAMIENTO

La rabia no tiene tratamiento, es una enfermedad que provoca mucho sufrimiento y desemboca de forma inevitable en la muerte. Por ello los animales contagiados además de ser aislados pueden ser eutanasiados, y con ello evitar además del sufrimiento del animal la posible transmisión del virus a otro animal o ser humano, ya que debemos recordar que se trata de una zoonosis.

Para eliminar el virus de superficies podemos utilizar lejía, detergente, yodo, cloro, calor o rayos ultravioletas.

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PREVENCIÓN

La mejor forma de prevenir la rabia en gatos es mediante la vacunación, la primera dosis se aplica a los tres meses de vida y después se pondrá un recuerdo de la misma de forma anual.

La vacuna de la rabia en algunos sitios es obligatoria, pero en otros no por estar prácticamente erradicada, por ello puedes consultar con tu veterinario la necesidad de ponérsela o no a tu gato.

Como dijimos anteriormente es difícil que en países en los que apenas existe incidencia y en los que el gato no sale fuera de casa éste sea contagiado. 

También es más fácil que se contagien los gatos que viven en zonas rurales en las que pueden interactuar con otras especies silvestres como hurones o zorros.

A veces basta con aplicar el sentido común.