🐶Perro vinagre
Un pequeño y simpático cánido habitante de los bosques
Se trata de un pequeño cánido salvaje, que habita en bosques por debajo de 1700 metros de altitud.
Y no es fácil de avistar, ya que huye de las zonas habitadas por el ser humano.
El Perro vinagre habita en zonas boscosas y selvas de Brasil, Bolivia, Paraguay, Venezuela, Colombia, las Guayanas, Perú, Argentina, Costa Rica y Ecuador.
MORFOLOGÍA
Es un cánido de pequeña estatura, cuya altura a la cruz no supera los 30 cm. Es un animal más largo que alto, y con unas patas cortas aunque fuertes y robustas. La cola es también corta. El cuello es grueso, y la cabeza de pequeñas dimensiones, con el hocico en forma de pequeño cono truncado. Las orejas muy separadas entre sí, son redondeadas y diminutas. Los ojos son más bien pequeños y de color castaño.
Su aspecto general recuerda más al de un tejón que al de un perro.
El manto está compuesto por un pelo de cobertura más duro y corto, con un subpelo denso y suave. El color es castaño en el tronco y entre rojizo y amarillento en el cuello y la cabeza.
Las patas y la cola son muy oscuras, casi negras.
El esquema de la dentadura del perro vinagre es distinto al de cualquier otro cánido.
HÁBITOS Y COMPORTAMIENTO
El perro vinagre es un animal de comportamiento social, y por tanto prefiere vivir en grupos, los cuales pueden ir de tan sólo cuatro ejemplares hasta doce.
En ocasiones se les ha observado activos durante la noche, pero sus hábitos son sobre todo diurnos o crepusculares.
A la hora de cazar también lo hacen en grupo. Y sus presas son aves, venados, agutíes, capibaras, tapires e incluso peces, ya que se desenvuelven fácilmente en el agua.
Se resguardan y crían en madrigueras, que pueden ser excavadas por ellos mismos o también pueden ocupar las abandonadas por otros animales como los armadillos.
La gestación dura entre 76 y 83 días, y las camadas son de entre dos y seis cachorros, los cuales son amamantados durante 8 semanas.
Del cuidado de los pequeños se encargan ambos progenitores. La alimentación suele correr a cargo de la hembra, mientras que el macho se encarga de su acicalamiento y los transporte.
Hasta que cumplan un año los cachorros no alcanzarán la madurez sexual.
El perro vinagre no ladra, sino que se comunica mediante una especie de gruñidos semejantes a un cuchicheo o murmullo.
Éstos cánidos marcan su territorio mediante la orina, y tanto los machos como las hembras levantan las patas de atrás para dejar su marca lo más alta posible.
El perro vinagre es un animal longevo, pudiendo llegar a vivir hasta los 10 años.
No se considera a la especie en peligro de extinción, pero se desconoce el número real de ejemplares que existen a día de hoy, ya que son muy difíciles de avistar.
Su mayor amenaza la constituye el ser humano, debido a la destrucción del hábitat de éstos animales, aunque también influye el cambio climático, y en muy poca medida su caza, ya que no se les considera un peligro ni para el ganado ni para el ser humano.
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