🐶El Moquillo

Una enfermedad peligrosa y muy contagiosa

El moquillo o distemper canino es una enfermedad peligrosa, extremadamente contagiosa, y muy extendida.
Es una enfermedad que si no se trata a tiempo o el animal no tiene suficientes defensas, puede resultar letal.
Hoy os contaremos qué lo causa y como se contagia, su sintomatología, el tratamiento, la prevención de la enfermedad y como cuidar de un animal que haya sido contagiado.

 La patología está causada por un virus similar al del sarampión de los humanos, lo que no significa que sea contagiosa para las personas.
Pero si se trata en cambio de una enfermedad muy contagiosa no sólo para los perros, pues afecta también a otros cánidos salvajes como el lobo o el zorro, a mustélidos como hurones o garduñas, y otros mamíferos como mapaches, osos y grandes felinos.

Los animales con más probabilidades de enfermar, son los cachorros destetados y menores de 7 meses, período que coincide con la pérdida de inmunidad materna, también estarían incluidos  los  ancianos y los que tienen alguna  patologia asociada

En los cachorros, la enfermedad se presenta menos agresiva que en los perros adultos. Y se da menos en perros braquicéfalos como el boxer o el  buldog y más en dolicocéfalos como los galgos o podencos.

CONTAGIO

El contagio se produce cuando el animal sano entra en contacto con las partículas virales que ha dejado un animal enfermo en el aire, aunque también se puede contraer a través de alimento o agua contaminada.

El virus se incubará durante un período de entre 14 y 18 días antes de mostrar sus síntomas.


SÍNTOMAS

Los síntomas pueden ser distintos dependiendo del tipo de cepa que intervenga y de la respuesta por parte de las defensas del individuo.

Algunos animales contagiados tienen una respuesta eficaz contra la enfermedad, y en esos casos, la sintomatología apenas se podrá apreciar. En animales con una respuesta algo menos eficaz, es posible que notemos en el perro inapetencia y decaimiento, y en un plazo de entre 60 y 90 días habrá eliminado todos los virus. Pero en el caso  de que no exista respuesta inmune, el animal presentará una sintomatología clara y la mortalidad es muy probable.

Los síntomas son los siguientes;

• Secreción acuosa o con pus en los ojos.
• Pérdida de apetito.
• Fiebre.
• Decaimiento.
• Deshidratación
• Pérdida de peso.
• Tos. 
• Descarga nasal.
• Ojos enrojecidos.
• Dificultad para respirar.
• Úlcera de córnea.
• Vómitos
• Queratitis seca.
• Diarrea.
• Erupciones en la piel.
• Endurecimiento de almohadillas.
• Movimientos involuntarios.
• Ataxia.
• Convulsiones.
• Apoplejía.

TRATAMIENTO

Es muy importante que ante cualquier síntoma de los que hemos mencionado, lleves a tu perro al veterinario para diagnosticarle y ponerle tratamiento cuanto antes, pues el tiempo puede ser un factor determinante para que tu perro se salve.

El virus no puede eliminarse con ningún medicamento, por lo que el tratamiento consistirá en paliar los síntomas, prevenir otras infecciones secundarias y mantener hidratado correctamente al animal.

Se le administrarán antibióticos para eliminar bacterias, suplementos vitamínicos y anticonvulsivos, además de suero para evitar la deshidratación  si el animal fuese incapaz de beber por si mismo.

Cuando aparecen trastornos nerviosos como la parálisis, es difícil que el animal se cure, y si lo hiciese le quedarían graves secuelas, en éstos casos es posible que el veterinario recomiende la eutanasia del animal.

PREVENCIÓN

Para prevenir la enfermedad lo único que existe es la vacuna.
Aunque no se considera 100% efectiva, pues existe la posibilidad de que cuando se les administra a los cachorros las defensas transmitidas por la madre a través de la leche estén aún latentes y actúen sobre la vacuna inhibiéndo su eficacia.

 La vacuna se pone a los cachorros entre la sexta y la octava semana de edad. Y posteriormente se administrará un recuerdo de forma anual.
No debemos vacunar a la perra durante el embrazo y la lactancia.
Y no debemos dejar que nuestro cachorro salga fuera del domicilio si aún no tiene puestas las vacunas que le corresponden.

CUIDADOS

Lo principal, es que nuestro perro se encuentre cómodo. Debemos evitar el estrés en el animal, pues es sabido que con el estrés bajan las defensas.
Se le debe proporcionar líquidos como agua y caldo de pollo, ésto le ayudará a recuperar fuerzas y evitar que se deshidrate.
Vitaminas del grupo B son beneficiosas para la musculatura, la vista y para el estado de ánimo.
En cuanto a la alimentación, debemos proporcionar a nuestro perro un alimento húmedo que le resulte más atractivo y le despierte el apetito.
Y siempre seguir los consejos del especialista.