🐱Felis silvestris silvestris
Conocido como Gato Salvaje Europeo o Gato Montés
Hoy os vamos a dar a conocer a éste hermoso animal. Os contaremos sus costumbres, su morfología y cuál es su hábitat.
Es una animal más robusto y grande que el gato doméstico. Su longitud desde la cabeza a la punta de la cola varía entre 69 cm y 100 cm. El peso en los machos llega a ser de 7 kg , mientras que las hembras no superan los 5 kg.
Posee un pelaje largo, tupido y suave, de color gris amarillento, con listas de color oscuro.
Presenta una lista ancha y oscura que recorre el lomo. Y son también muy características las franjas que salen de sus ojos y recorren sus mejillas.
La nariz es de color teja y su cabeza es más ancha que la del gato doméstico, con el hocico blanco y unas vibrisas largas y caídas.
Los ojos casi siempre serán de color verde, aunque en ocasiones se haya visto algún ejemplar con ojos color ámbar.
Tiene una cola corta, gruesa y peluda, siempre redondeada, con 3 ó 5 anillos muy característicos que destacan enormemente sobre un fondo más claro. La punta de la cola será negra.
Su esperanza de vida está alrededor de los 15 años, siempre y cuando tengan suerte.
Éstos gatos, como les sucede a los domésticos, pueden padecer enfermedades como parvovirosis, leucemia, moquillo, o coronavirus. Además de estar muy expuestos a parásitos como el toxoplasma gondii y algunos tipos de gusanos.
Los machos sobre todo que son más dados a pelear, sufren heridas que pueden infectarse y conducirles a la muerte.
Entre sus depredadores encontramos algunas rapaces como el águila o el búho real y algunos mamíferos como el lince o el lobo.
Pero lo más triste es que una parte de ellos, mueren por causa del ser humano; atropellados en las carreteras, envenenados con cebos o atrapados por cepos.
Podemos encontrarlo en los bosques de algunas partes de Europa occidental, oriental y central , incluyendo también Turquía y Escocia.
Las mayores poblaciones las podemos encontrar en España y Portugal, siendo los ejemplares de éstas zonas algo mayores que en el resto.
Fue un animal muy abundante durante el Pleistoceno, pero durante mucho tiempo se le dio caza para no competir con el hombre por las especies cinegéticas, lo que le llevó a una situación casi de extinción.
Actualmente no es una especie muy abundante, pero se han realizado planes de conservación, y está protegida en la mayor parte de los lugares donde habita.
Preferentemente los podemos encontrar entre las sombras de los bosques, donde se camufla a la perfección, pero a veces se le observa en el páramo o monte con matorral.
Los gatitos nacen entre la primavera y el final del verano, dando a luz de 2 a 6 crías. Las cuales permanecen ocultas en oquedades en los árboles, grietas en la roca, o madrigueras abandonadas por otros animales.
Los gatos salvajes son solitarios, y únicamente durante la época de cría se muestran más sociables.
Sus hábitos, como la mayoría de depredadores en Europa, son nocturnos y crepusculares, dado que resulta más seguro cuando se vive relativamente cerca del ser humano.
Lo que no significa que durante el resto del día también puedan desplazarse puntualmente.
Son animales muy territoriales, sobre todo las hembras, mientras que los machos suelen compartir el territorio con ellas.
Cazan principalmente pájaros, roedores y lagomorfos, pero en ocasiones se conforman con invertebrados y anfibios.
Debido a la escasez de ejemplares, se puede observar con bastante frecuencia la hibridación con los gatos domésticos, dando lugar a animales que también son fértiles; lo que constituye otro grave problema para la conservación de la especie.
Éste es tan sólo uno de los hermosos gatos salvajes que existen, hay algunos más, y de ellos os hablaremos otro día.
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