🐶Dingo
El perro salvaje australiano
Hoy queremos que conozcáis más a fondo al "perro salvaje australiano".
En realidad se trata de animales asilvestrados, ya que se cree que llegaron al continente australiano desde Asia junto al ser humano hace miles de años. Para que os hagáis una idea el fósil descubierto más antiguo de dingo corresponde con el 1450 a.C.
El dingo poco a poco se fué apartando del ser humano, probablemente debido a su carácter independiente. Y a diferencia de nuestros perros domésticos, éste perro se adaptó con muchísima facilidad a su nuevo estado salvaje.
Es verdad que tenía muchas ventajas, ya que no había otros depredadores que compitiesen con él, y además, en éste continente había una gran abundancia de presas fáciles de capturar, ya que no tuvieron la necesidad de desarrollar armas evolutivas para huir de posibles depredadores.
Por ello colonizaron sin dificultad prácticamente la totalidad de Australia, tanto las zonas desérticas como las tropicales.
MORFOLOGÍA
El dingo es un perro de tamaño medio con una alzada de 53 cm y un peso de unos 15 - 20 kg.
Su aspecto es lupoide, con las orejas de tamaño medio y de forma triangular.
La mayoría presentan pelo corto, aunque en las zonas más frías existen ejemplares de pelo más largo y denso.
En cuanto al color de la capa, el más común es el amarillo jengibre o el pardo leonado con el hocico, la garganta, el vientre, punta de la cola y parte interior y pies de color blanco.
Pero también se pueden encontrar dingos de capa negra y fuego, blancos o negros. Y aunque hubo cierta duda sobre que éstos ejemplares fuesen puros y no híbridos con perro doméstico, estudios recientes concluyeron que se trataba de dingos tan auténticos como los de color jengibre.
COMPORTAMIENTO Y ALIMENTACIÓN
Los dingos son como todos los perros animales gregarios, y suelen vivir en parejas o en grupos familiares de pocos individuos.
Existe una marcada jerarquía lineal para machos y hembras.
Las hembras sólo tienen un celo al año, y al igual que los lobos, sólo tiene descendencia la pareja dominante, ayudando en la crianza de los cachorros el resto de componentes de la manada. Pero al contrario que sucede con los lobos en el que el macho alfa impide la reproducción del resto de machos, el dingo inhibe la descendencia de otros machos mediante el infanticidio.
El tamaño del territorio podrá ser más o menos grande dependiendo de la cantidad de recursos que haya. Siendo los más grandes los del suroeste de Australia.
A diferencia también del perro doméstico, el dingo no ladra pero si aulla muy a menudo, y su dentadura es más semejante a la del lobo, con colmillos más largos y muelas carniceras más grandes que la de nuestras mascotas.
El dingo suele cazar pequeñas presas de forma individual y sólo cuando cazan animales como el canguro, de mayor peso, se unen con el resto de la manada o van en pareja.
Su menú lo componen el canguro rojo, el wallaby, la rata, el wombat, el conejo, insectos, aves y carroña, y en ocasiones también el ganado, compuesto sobre todo por ovejas.
AMENAZAS Y PROTECCIÓN DE LA ESPECIE
En un continente caracterizado por plagas de diferente índole como conejos, zorros o gatos, debido a la imprudencia del ser humano, el dingo podría ser crucial para el control de éstos animales.
Pero debido a los esporádicos ataques al ganado y a intereses de determinados lobys, éstos animales fueron y son perseguidos con saña, habiendo utilizado todo tipo de venenos y trampas para acabar con ellos como en su día lo hicieron con el lobo en gran parte de Europa.
Es también un problema la hibridación con perros domésticos, ya que se pierden para siempre unos genes que no han sido alterados durante miles de años, siendo un cánido único y totalmente distinto al resto de perros del mundo.
A pesar de todo, el dingo es un superviviente y gracias a algunas asociaciones para su conservación, es posible que podamos continuar disfrutando de éste animal indómito.
Actualmente está protegido en algunos parques Nacionales Federales, Áreas de patrimonio de la humanidad, Reservas aborígenes, y en la capital, no siendo ésta una medida suficiente para garantizar su conservación, ya que en zonas limítrofes son considerados como plaga y se les caza cuando cruzan éstas fronteras en busca de alimento o pareja.
Aunque en Australia está prohibida su tenencia como mascota, algunos ejemplares conviven con el ser humano en su domicilio, a pesar de que no son tan dóciles como los perros domésticos, tienden a escaparse y tienen un instinto jerárquico muy marcado, lo que los convierte en animales difíciles de tratar.
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