🐶 A mi perro le dan miedo los niños
Posibles causas y cómo solucionarlo
La mayoría de las veces la relación entre perros y niños es cordial y paciente, pero existen excepciones, y algunos perros pueden mostrarse miedosos intentando alejarse de los pequeños o mostrándose agresivos para que les dejen tranquilos.
Ésto puede dar lugar a conflictos y accidentes más o menos graves, por ello hemos considerado que es un tema interesante para tratar en nuestro blog.
En éste artículo daremos respuesta a algunas preguntas como; ¿por qué tienen miedo los perros a los niños? o ¿cómo conseguir que el perro acepte a los niños?
Es importante conocer que los cachorros y los perros jóvenes hasta aproximadamente el año de edad, son más tolerantes con los niños y que conforme el perro cumple años, mayor será la aversión hacia ellos.
La fobia puede darse por igual tanto en perras como en perros.
Las razas más grandes o de mayor peso suelen ser más pacientes con los niños, mientras que las razas más pequeñas, los de caza y los lebreles por ser más sensibles y nerviosos reaccionan peor.
Los perros suelen ser más tolerantes con bebés que con niños de más edad por ser éstos más tranquilos, a parte de que los sonidos que realizan y el olor que desprenden es muy similar al de los cachorros de perro por lo que en ocasiones despiertan un instinto de protección en los perros.
CAUSAS POR LAS QUE EL PERRO PUEDE TEMER A LOS NIÑOS
- Ausencia de contacto con niños durante el período de socialización. Ésta es una de las razones más comunes. La fase de socialización dura hasta la duodécima semana de vida del animal, durante éste tiempo debemos procurar que el perro tenga contacto con bebés y niños de diferentes edades. Si no lo hacemos de éste modo los niños serán para el perro unos seres diferentes al resto de las personas, y su voz más aguda y estridente, sus expresiones, su olor y sus movimientos bruscos pueden interpretarse por el perro como algo intimidante y peligroso. Y ante ésta situación el perro puede huir o defenderse.
- Experiencias negativas con niños. Ésta es otra de las razones más habituales del comportamiento hostil del perro hacia los niños.
Si durante el pasado el perro tuvo una mala experiencia con niños como pueda ser un abrazo excesivamente fuerte, un tirón del rabo o de las orejas, o bien simplemente un susto como el lanzamiento de algún objeto hacia él, e incluso el ruido fuerte causado por el uso de petardos, el perro relacionará todo aquello con los niños y por tanto generarán desconfianza en el perro durante el resto de su vida.
- Protección de los niños de la propia familia de otros niños ajenos a ésta. No es una de las razones más frecuentes, pero se ha podido observar en algunos animales con un instinto de protección muy exagerado.
- Evitación del contacto demasiado impetuoso. A los niños les cuesta controlar la fuerza y a veces son demasiado enérgicos y fogosos a la hora de abrazar o coger al perro, por lo que éste puede sentirse agobiado o intimidado.
Cuando vemos que un perro persigue a un niño mientras éste corre y grita, podemos caer en el error de pensar que es debido a la aversión del perro hacia los pequeños, pero en realidad éste comportamiento ésta ligado con el instinto de caza del animal, ya que el niño se comporta del mismo modo que una presa.
CÓMO CONSEGUIR QUE EL PERRO ACEPTE A LOS NIÑOS
- Socializarle desde cachorro con niños de diferentes edades. Como mencionamos anteriormente ésta será la mejor forma para asegurarnos que el día de mañana el perro tenga buena relación con los niños.
- Evitar experiencias desagradables con niños. Siempre debemos vigilar a perros y niños cuando están interactuando, y explicar al niño de que modo debe tratar al perro para evitar que le haga daño.
- Llevar al perro por lugares en los que haya niños pero evitando el contacto directo con ellos. Para que el perro pueda ir acostumbrándose poco a poco a la presencia de niños. El perro deberá ir atado siempre hasta que estemos completamente seguros de sus reacciones.
- El dueño debe interactuar con un niño acostumbrado a los perros pero dejando que el perro sea un simple espectador. Si el perro nos ve como como a un líder y ve que nosotros estamos tranquilos en presencia de un niño, el perro interpretará que no es una amenaza y que no hay nada que temer.
- Invitar a algún niño a casa. Éste deberá ser tranquilo e ignorar al perro. Durante éste encuentro debemos aprovechar para dar de comer al perro u ofrecerle algún premio si éste se muestra despreocupado. Ésta fase requiere haber superado las dos anteriores, ya que el perro al estar en un lugar cerrado se verá más vulnerable. Para compensarlo el perro recibirá una recompensa, y ésta experiencia quedará en su mente como un grato recuerdo.
- Durante el paseo podemos contactar con algún niño que le ofrezca alguna golosina al perro. Éste ejercicio es muy similar al anterior, y el propósito es el mismo.
- Durante el paseo podemos ir acompañados de un niño. Para el perro el paseo es una experiencia gratificante, y le gusta ir acompañado de su "manada", por tanto si un niño nos acompaña comenzará a verlo como parte de ésta.
- Finalizar el paseo con juego. Éste ejercicio servirá para relajar la tensión.
- Dejar que un niño que tenga experiencia con perros lo lleve de la correa. Es una fase más avanzada, aquí debemos asegurarnos de que el perro tiene ya cierta tolerancia hacia el niño. Mediante éste ejercicio reforzaremos la relación entre ambos, ya que el perro aprenderá a confiar y ser dirigido por un niño. (Tengamos siempre en cuenta la edad y la fuerza del perro para evitar accidentes en caso de que el perro pegue un tirón de la correa).
- Jugar con el perro y algunos niños al mismo tiempo. Es también un ejercicio de refuerzo, por tanto ya tiene que haber por parte del perro una aceptación de la presencia de niños. Con éste ejercicio el perro verá a los niños como compañeros de juego y los asociará con algo divertido.
- Permitir que los niños acaricien al perro con cuidado durante el paseo. Los niños deben acercarse tranquilos, sin hacer excesivo ruido ni gritar. No deben abrazarle ni mirarle fijamente a los ojos. El dueño del perro deberá permanecer tranquilo pero estar atento a la reacción del animal. Los niños deberán acercarse al animal dejándose ver por él para no pillarle desprevenido y no acercarse a la cabeza del perro. Hablarle en voz baja y pausada ayudará a que el perro esté más calmado.
Mientras no estemos completamente seguros de que el perro se comportará con los niños como con los adultos no permitiremos que los niños lo acaricien o lo abracen.
Así mismo no permitiremos que los niños lo toquen sin haberles dado unas pautas de como hacerlo.
Por último y muy importante; jamás debemos dejar sólos y sin vigilancia a niños y perros.
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